La oportunidad de entendernos y comunicarnos, establecer límites y normas, reforzar conductas y sobretodo disfrutar, nos la da el juego. Por eso es importante estructurarlo y cuidarlo para convertirlo en un potente canal sobre el que hacer crecer y fortalecer la educación de nuestro perro.
Las claves para un buen juego son:
- Seleccionar bien el juguete.
Debemos distinguir entre juguetes para tirar- luchar y juguetes para lanzar y que nos traiga. En cualquiera de los dos casos es importante que el juguete tenga el tamaño y la textura adecuada para nuestro perro.
- Seleccionar el momento y el lugar.
Si aún no tenemos un buen juego construido y nuestro perro no tiene una motivación alta por jugar con nosotros, no deberemos ponernos a jugar con él en el parque a 5 metros de dónde están todos sus amigos corriendo… seguramente nuestro intento por disfrutar de un rato de juego con nuestro perro se vea truncado porque sus motivaciones en ese momento sean otras.
- El juego debe ser colaborativo.
Ambas partes debemos implicarnos y respetar las normas del juego. Si vamos a estar pendientes de una llamada telefónica mientras jugamos a un tira y afloja con nuestro perro sólo podremos establecer unas malas bases que provoquen que a la larga nuestro perro se desmotive o se frustre. Recordar que lo importante debe ser jugar con nosotros y no el juguete con el que jugamos. Para que esto sea así nuestra implicación en la actividad es fundamental.
- El perro debe tener claro el inicio y el final del juego.
Es nuestra responsabilidad dejarle claro cuándo comienza y cuando acaba el juego. Esto le otorgará previsibilidad y por tanto una mayor estabilidad emocional.
- El perro debe coger y soltar a la orden. Además debe tener motivación por traernos el juguete para reiniciar el juego.
Te animas a poner todas éstas claves en práctica???… Venga, a jugar!!!!